En diciembre del 2014 se publicó una noticia en todos los medios de comunicación que aseguraba que Francia recaudaría 1.800 millones al año si legalizara el cannabis.
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El revuelo de esta noticia puso encima de la mesa el debate de la legalidad del cannabis en Francia de nuevo, uno de los países con las Normativas sobre esta sustancia más duras que existen en Europa.
Varios escritores y filósofos famosos franceses Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, y Pierre Gautier, escribieron las bondades y experiencias que les ofrecía el consumo del cannabis.
Las novelas francesas del romanticismo están llenas de referencias a la planta de marihuana, y a la alteración de la mente de sus escritores.
Tan extendida era la cultura del cannabis en Francia que varios escritores de renombre entre ellos Hugo, Moreau o Dumas crearon el infame Club des Hachischins, un grupo parisino dedicado a la exploración de los estados mentales inducidos por las drogas.
Pero a pesar de ello, Francia parece posicionarse en una postura restrictiva respecto al consumo del cannabis.
Desde los inicios de la historia documentada, el castigo por posesión de marihuana en Francia ha sido realmente duro, comparado con sus países vecinos.
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Francia es un país con tolerancia cero respecto al uso y consumo propio de marihuana, y con leyes muy restrictivas respecto al tráfico y venta de la misma.
Las sanciones por el uso y posesión de la marihuana y sus derivados son penadas con una multa que oscila entre 56 y 1680€ y puede llegar hasta un año de prisión.
• El consumo propio puede suponer 2 años de cárcel
• La exhibición de dibujos, fotos, etc… sobre cannabis supone una multa de 300€.
Aunque como norma general los juzgados tienen en cuenta las circunstancias del uso, y sobre todo la cantidad incautada para imponer las sanciones, siendo una pena más laxa, si la cantidad es poco significativa o si el uso es medicinal.
Sin embargo, el cultivo profesional, la posesión de grandes cantidades y el tráfico de marihuana se pueden llegar a castigar hasta con 10 años de prisión. Lo cual hace imposible que ningún banco de semillas internacional quiera establecer su sede en el país francés.
El cultivo de plantas de cannabis en Francia se ha llegado a castigar con hasta 10 años de prisión y una multa de hasta 7,5 M €.
Las condenas pueden ampliarse a cadena perpetua en casos excepcionales.
Con este panorama legal y observando la dura legislación de las autoridades francesas, la presión pública ha puesto en jaque las leyes desde el 1994. En esta fecha las autoridades y organismos de salud pusieron en observación las normativas vigentes para estudiar una salida más favorable al uso de la marihuana para los galos.
En la actualidad y más activamente desde el 2010 hay un movimiento social, respaldado por algunos partidos liberales, que actúa no solamente a favor de despenalizar la marihuana en Francia, sino que busca la fórmula de explotar el cultivo de cannabis, abriendo la posibilidad del establecimiento de bancos de semillas “made in France”.
Pero los estudios van más allá, y aseguran que limitarse a despenalizar el consumo impediría controlar el precio y dispararía la demanda de cannabis, que calculan que ascendería en más de 16% de tráfico y en más de un 12% más de consumo.
Así que proponen nuevas fórmulas de legalización controlada.
La opción de Legalizar el cultivo de la marihuana, la venta y el consumo, en el marco de un mercado de libre competencia podría reportar al estado más 1700 millones de Euros. Pero ello incrementaría el consumo se estima que en un 20%.
Un estudio de la Fundación Terra Nova, vinculada al partido de Hollande, propone despenalizar la marihuana y permitir el cultivo y producción con un monopolio del Estado.
De esta manera el consumo y producción serían controlados y los beneficios del tráfico de la marihuana llenarían las arcas del estado con fines sociales.
Esta opción de monopolio estatal se debería de aplicar en fases:
- En una primera fase se controlaría la producción haciendo ilegal la competencia, para atraer a los usuarios a un mercado más seguro.
- En una segunda fase se subiría el precio un 40%, lo cual impediría el consumo, igual que se ha conseguido con el tabaco.
Esta idea parece utópica si nos centramos en el panorama legal de Francia, pero no dudamos en que la presión del pueblo podrá llegar a conseguir una fórmula más favorable para el cannabis en Francia.
Aunque parezca increíble, las duras penas contra el cannabis del país francés no parecen afectar a un consumo pobre de esta substancia, sino más bien al contrario.
!(left)http://greenparrotseeds.com/system/site_photos/images/405/original/descarga.jpg?1446806662()!Los franceses son los europeos que más marihuana consumen. El 42% de la población confiesa haberlo probado alguna vez en su vida.
Un 8,44% de la ciudadanía francesa consume habitualmente cannabis, con respecto al 9,6% España, al 7% de Holanda y al 2,7% de Portugal.
Los jóvenes franceses están a la cabeza de consumidores en Europa con un 20,75% solo por debajo de Dinamarca.
El 4,8% de los adultos franceses de entre 15 y 64 años dice haber consumido cannabis durante el último mes, frente al 3,3% en los Países Bajos y sólo el 2,4% en Portugal.
Y en 2011 las encuestas revelan que el 24% de los jóvenes de 16 años de edad fumaban cannabis al menos una vez al mes, el dato más elevado de fumadores de cannabis de Europa.
Con todo, parece que la represión legislativa no solamente no sirva para controlar el consumo, sino que aliente un mercado de tráfico ilegal y de mafias en torno a la marihuana.
Aunque el cannabis medicinal en Francia es ilegal, desde el 2013 existen algunos medicamentos con base de cannabis que han sido autorizados, gracias a la aprobación de decretos sanitarios de la mano de la ministra de sanidad Marisol Touraine.
Esta excepción en la legislación sobrevino a raíz de la presión de pacientes de esclerosis múltiple, y activistas, que fueron procesados por posesión y consumo de marihuana y cuyas sentencias dieron resultados positivos o bien fueron autorizados al autocultivo de marihuana.
Por ejemplo el spray bucal tipo Sativex, que ha demostrado reducir la espasticidad de pacientes enfermos de esclerosis múltiple estará disponible en las farmacias francesas a finales de 2015, bajo prescripción médica de unos pocos médicos elegidos, y sólo en caso de ser el último tratamiento disponible para dichos pacientes.
Sin duda, una pequeña brecha de luz a la posible legalización del consumo y cultivo de la marihuana para uso medicinal en este país.
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Francia es la puerta del hachís que proviene de Marruecos hacia Reino Unido, y cuenta con un pequeño abastecimiento de cannabis importado directamente desde Holanda.
En la mayoría de pueblos y ciudades francesas, es bastante fácil conseguir marihuana y hachís.
Si bien es cierto que hay patrullas especializadas en zonas de bastante tráfico de capitales como París, Marsella o Cannes, la policía hace la vista gorda al consumo abierto de porros, a no ser que vaya acompañado de un escándalo o alteración del orden público.
Debido a la situación legal de este país cada vez es más común que los consumidores opten por el autocultivo.
Así que muchos son los consumidores que se aventuran a disponer de unas cuantas plantas en casa para uso personal.
La región de Midi-pyrinées, se ha convertido en el “Rif de Europa” debido a las plantaciones de “guerrilla” de los hippies establecidos en la zona que desde los años 70 vienen cultivando marihuana para abastecer las grandes ciudades francesas.
Como dato curioso el cáñamo industrial es legal en Francia, hay muchas industrias que utilizan el cáñamo con fines industriales.
Las plantas de marihuana permitidas para este fin constituyen una lista de 20 variedades, que no tienen ninguna posibilidad de producir plantas con propiedades psicoactivas, pues contienen menos del 0,2% de THC, y tampoco poseen beneficios para la salud ni propiedades medicinales.
Sin embargo, en este contexto industrial, es posible conseguir semillas o adquirir semillas de bancos de E.E.U.U. y destinarlas a esta alternativa.