Como ya hemos comentado en nuestros artículos anteriores; La marihuana es legal I() y La marihuana, es legal II(), en Europa el castigo por la posesión, el consumo y el cultivo de la marihuana dependen de la legislación vigente de cada país, y de la voluntad de policías y jueces para hacer cumplir la ley.
Lo cierto es que en el caso de Europa del Este, la legislación referente al Cannabis es la más estricta de Europa.
Sin embargo, y a pesar que la normativa es especialmente prohibitiva a estos efectos, rara vez se hacen cumplir las penas y los castigos referentes a la Marihuana.
Repasemos caso a caso, qué ocurre con la marihuana en los diferentes países de Europa del Este:
Desde el 15 de febrero de 2013 una ley firmada por el presidente Klaus permite usar la marihuana como tratamiento medicinal en toda la República Checa.
Esta ley además, especifica que el cannabis sea importado de países productores como Holanda e Israel con la finalidad de garantizar mejor calidad y pureza de los cogollos.
Asimismo, permite el registro de empresas autorizadas para que puedan desarrollar una labor de cultivo de carácter local.
Un paciente de la república Checa puede adquirir cannabis en la farmacia con receta médica con un límite mensual de 1.500 coronas, unos 60€ aproximadamente.
El próximo paso de los activistas pro-marihuana de este país es conseguir que “las abuelas” puedan cultivarlo en sus propios balcones, y se despenalice la persecución penal por el cultivo. Hasta entonces solo se podrá consumir marihuana importada.
La legislación de este país es estricta y dura contra los que almacenan, consumen o transportan marihuana.
De hecho, las cifras oficiales confirman que en las cárceles polacas hay más de 10.000 personas cumpliendo condena por delitos relacionados con la marihuana.
Sin embargo, la dureza de este país conforme a la legislación del cannabis() está en la mesa del parlamento y se debate entre los principales partidos políticos, a raíz de un evento provocativo protagonizado por la oposición.
Janusz Palikot, presidente del tercer partido más representativo en el Sejm tras las elecciones de 2011, se lió un porro durante su jornada laboral, invitando a los periodistas a que grabaran en directo su ritual.
Con este acto Palikot quería promover las libertades individuales del uso de la marihuana y pretendía condenar la hipocresía relacionada con el consumo del cannabis en su país.
Desde este acto se permite que los policías puedan decidir sobre si imponer un castigo o no a quienes infringen la ley dependiendo si la cantidad de marihuana es significativa o no.
En este país no se ha destacado ninguna condena relacionada con el cannabis en los últimos 30 años.
La legislación vigente condena la posesión y el comercio de la marihuana como si se tratase de un delito menor.
Las sanciones estipuladas por ley van hasta 50000 SIT, unos 200 € y hasta un mes entre rejas.
Pero lo cierto es que la posesión de pequeñas cantidades de marihuana para consumo propio se regula por la ley de faltas que tiene fecha de caducidad.
La legislación por posesión y comercio de cannabis en el país Eslovaco se considera un delito criminal castigable con penas de 3 a 5 años en prisión.
Sin embargo, en la mayoría de los casos se acaban realizando servicios a la comunidad de entre 40 a 300 horas, que acaban siendo reducidas por buena conducta.
Recientemente en Nitra, se realizó una intervención policial contra la que se ha publicitado como “la mayor plantación europea de marihuana”. Más de 5.000 plantas cultivadas en dos hangares de un parque industrial que producían semanalmente 50 kilos de marihuana.
Otro escándalo relacionado con el consumo de marihuana en Eslovaquia ha sido protagonizado por la venta de chocolate de cáñamo entre estudiantes en varios comercios de la ciudad de Bratislava.
En el caso de los Países bálticos la legislación aumenta su crudeza en las penas según la cantidad de marihuana() incautada.
A diferencia de otros países europeos como Alemania, la legislación vigente parece estar muy bien definida.